MAL ADRADECIDO

Imagínense ilustradas e ilustrados, que, un día entre yo a un lugar donde tocaba hacer fila (no pregunten para que, no me acuerdo) y motivadoramente era él ultimo en la fila. De repente, espontáneamente llego un man ahí, pero parce, mero porte el de ese tipo, el hombre muy bien, se paro muy educadamente detrás de mí. Y así como dos hombres grandes, todo unos señores (bueno él sí, yo, no) y empezamos a conversar, espontáneamente, -mera fila, ¿no?- me dice él. Y yo me quedé como” ¿este man porque está hablando así? ” Pero bueno, y le dije - uh que si que, de aquí a este paso no vamos salir nunca- el tipo se medio rió y muy conversador me continuo hablando, empezamos a hablar un poco de lo que cada uno hacía, yo le dije que todavía estaba tratando de graduarme pero que más o menos iba por mal camino. El señor este hiso cara como de “mera vuelta” y me dijo que él trabaja con la N.A.S.A desde aquí en la casa lo cual le dejaba mucho tiempo para cacharrearle al estudio que tenía en la casa. ¡Yo, boqui abierto quedé impactado de sobremanera y con muchísima ganas de matar de la envidia tan oscura que me nació desde el mismísimo fondo de mi alma! Yo le dije al tipo que que envidia de vida que como hiso. El tipo me dijo que nada muy especial, que así espontáneamente, que metiéndole güevas a lo que de verdad le gustara a uno. Y bueno así seguimos hablando un rato porque la fila definitivamente no avanzaba pero andábamos conversando tan entretenidamente que ni nos importo. ¡¡¡Cuando de repente veo que va caminando por fuera de la vitrina ese maravilloso ejemplar!!! Ese hermosísimo elefante rosado con alas y con un lindo sombrero de copa que siempre aparece y me saluda afectuosamente desde lejos en mis sueños, lo cual me hiso pensar mucho, debo confesar. Porque ¿cómo así? Si el elefante está presente, es porque estoy soñando (porque para mi desgracia no hay elefantes rosados con alas en la vida real, o por lo menos, no sobrio) Entonces, si estoy soñando, ¿con quién carajos estoy hablando?- pues conmigo mismo ¿con quién más?-pensé. Entonces al estar tremendamente confundido, decidí preguntarle al hombre quién era él. Él con una tremenda pero perturbadora calma y con una simpática sonrisa me dijo que él era yo, lo cual no ayudo mucho, entonces yo le dije “pero si usted soy yo, ¿Quién putas soy yo? Y además ¿por qué así? Si yo sé que nunca voy a ser como usted, simplemente no va a pasar” el todavía manteniendo esa caracterizada serenidad me dijo “usted es usted, sólo que no de la forma que quiere, las cosas en su vida nunca serán como usted las quiera (que motivador suena eso, ¿no?) Sino que las va a tener que apreciar por lo que son” y luego como si nada el sujeto se fue sin terminar la fila, y yo impactado y muy confundido desperté serenamente para otra gonorrea de día en el colegio.
PS: No pasó en verdad no estoy tan loco.